Prólogo.

La noche era demasiado fría que de costumbre, la luna no deseaba aparecerse por ahora, probablemente sabía que algo malo ocurriría, todos guardaban silencio mientras revivían al mal, vampiros, hombres lobo, hadas demonios,miraban con interés a aquel ser con cuerpo de bebe al cual acababan de darle vida. Pero al otro lado del mundo el bien se hacía notar con una preciosa bebe morena de ojos color chocolate, ángeles, cazadores y humanos, admiran a su salvación en manos de su padre.

-Dentro de 17 años, la pequeña tendrá que comenzar su entrenamiento, así que cuídenla y quiéranla con todas sus fuerzas-decía el padre biológico, Itzam Ná el dios del cielo, la noche y el día.

La madre asintió con cara de tristeza de solo imaginarse tener que dar a su bebé la cual debería perder la vida luchando contra el mal.

-¿No tiene otra alternativa?-pregunto aquella madre ilusionada

El dios le sonrió y se acerco a la madre y con la voz mas dulce susurro-Te elegí a ti por que tu eres la mujer mas bondadosa y la mejor para poder criar a mi hija, se que le enseñaras a ser una chica de carácter y tolerancia, llena de bondad y solidaridad, confió en que sabrás como hacerlo, con ayuda de tu marido, le enseñaran todo lo bueno de la vida humana, algo que servirá de aprendizaje a todos aquellos dioses que piensan que los humanos son la peor escoria del mundo y que desean exterminarlos.

La mujer decepcionada y con lagrimas a punto de salir de sus hermosos ojos cafés miro a aquel dios hermoso y sonrió-Lo aré-dijo y en un abrir y cerrar de ojos el dios desapareció de la habitación.